sábado, 11 de julio de 2015

Mirando el vacío...

Mordiéndome la lengua, mordiéndote la lengua... Al final, acabamos sangrando todos los gritos contenidos. Al final, lo escupes de tu boca como las palabras que no dijiste...




Y mirarás al vacío con tres palabras en tu mente... Érase una vez... Esas tres palabras, que ni siquiera son una frase, pero que hablaban de una historia, la tuya, la mía...




Esa historia pasada, esas tres palabras que suenan tan alejadas, quizá podrían salvarse, quizá podríamos haber dejado de mordernos la lengua y gritarnos a la cara todas esas heridas abiertas... Quizá nos hubiéramos salvado y ahora en vez de mirar al vacío, contemplaría tus ojos...




Quizá... Quizá... Quizá... Quizá llegue un momento en el que los quizás y los ojalás, no solo sean los finales de los cuentos y los principios del arrepentimiento...



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