El demonio
se acerca por mi derecha cómo puedo escapar de mi futuro cuando es tan claro, él
me quiere, no hay ninguna duda, puedo ver su deseo como una columna de fuego en
medio de la noche. Puedo reconocer su cara y su olor, puedo adivinar el
contorno de su cuerpo en la oscuridad, está consiguiendo que lo desee tanto
como él me desea a mi pero no seré yo quien dé el primer paso. Él sabe que es
su turno y tiene que mover ficha.
Porque
siempre jugamos no lo podemos evadir, viene tatuado en nuestra naturaleza, es
nuestro momento antes de que el día llegue, todavía tenemos esta noche para
sostenernos. Puedo ver como se prepara para venir, no importa que yo esté
esperando, ya sabe que le esperaré hasta que consiga ser suya.
Sigo
conteniendo la respiración en este silencio y aunque esté comenzando a perder
la cabeza, sé que le necesito tanto como me necesito a mí misma. Pero él debe
hacer el siguiente movimiento sino yo seré la rechazada, no importa hasta que
altura llegué el deseo. Es su turno, y el mío de rezar para que esto no haya acabado,
porque la duda de si podemos continuar con esto sigue cerniéndose sobre mí.
Solo
necesito probar una vez más su roce divino y la fiebre que trae consigo, junto
con esos escalofríos que siempre me hace sentir. Mientras pienso, me muevo,
pero las voces de mi cabeza siguen gritándome que no. Él me necesita, yo le
necesito, tal vez este camino es interminable y difícil pero debemos estar
siempre juntos en el juego.
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